Tras los acontecimientos críticos que presenta el medio ambiente, varios empresarios han optado por apostar en proyectos que estén relacionados con el desarrollo sostenible y así invertir en ellos, ya que de esta manera se apoya a la causa de hacer del mundo de los negocios uno que garantice la sostenibilidad a largo plazo; pero, es necesario contar con los conocimientos necesarios y la experiencia para alcanzar aquella meta.
El desarrollo sostenible implica el bienestar sin tener que arriesgar los recursos de las próximas generaciones, pues evalúa el crecimiento económico a través del proceso social de la mano del equilibrio medioambiental. Ante esto, se presenta a la inversión sostenible como un modelo de financiamiento del progreso, así como el reconocimiento que una empresa obtiene al estar calificada para enfrentar los desafíos del mundo y lograr cada vez un mejor estatus, ya que busca la mejor forma de elaborar negocios y motivar a los demás a construir un futuro sostenible.
Las razones para invertir son diversas, aquí te presentamos algunas de ellas:
Aumentar la rentabilidad: Examinar el modelo del negocio para concretar acciones que se involucren con la sostenibilidad y así maximizar recursos para generar ahorro dando como resultado un margen de rentabilidad, pues acciones sencillas como el reciclaje y un manejo del uso de energía, son acciones que implican un ahorro considerable que se convierten en ganancias para la empresa.
Reputación: Considerado como un “activo intangible” importante de una compañía, reflejado en el valor que recibe la marca con relación a sus grupos de interés; es una característica que fortalece la imagen y goza de la satisfacción de sus clientes al cumplir con el propósito declarado.
Competitividad: Instituciones financieras desempeñan una ardua labor en este tema, ya que al obtener méritos pueden sobresalir frente a las demás corporaciones y muestran una mejor ponderación en plataformas que examinan los estándares de estas.
Promover una inversión en la sostenibilidad consolida una serie de estrategias con enfoques basados en criterios ambientales y conseguir un valor agregado que difundan los servicios financieros. Es primordial, enfatizar el uso del término “ética” como factor responsable, puesto que demuestra una transparencia fiscal en cuánto a la actitud de la empresa para afrontar diversos dilemas entre ellos, la negociación, el rol que toma está en una cuestión social, la regulación corporativa, y muchos más.
La aplicación de la sostenibilidad empresarial en Latinoamérica está últimamente siendo un tema que todas las compañías han de acatar para sus nuevos regímenes, así de manera responsable se opera en un sector que no atente contra el medio ambiente haciendo uso de valores éticos. Esta implicancia atrae beneficios, como los mencionados anteriormente, un destacable perfil que se tiene de la empresa, incremento de la productividad y a la vez que un manifiesto en la reducción de los costos.
La prioridad de muchos directorios, son los temas “ESG”, que por sus siglas en inglés quiere decir “factores ambientales, sociales y de Gobierno”; estos, son relevantes al momento de invertir en una empresa, y haciendo una breve mención a la “Agenda 2030”, para lograr prosperidad en diferentes ámbitos, se requiere realizar aquello en función al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, más conocidos como las “ODS”.
Finalmente, se debe recordar que un negocio guiado por el régimen de la sostenibilidad es una empresa que muestra consistencia y un mejor posicionamiento dentro del mercado de capitales, por lo que optimiza recursos y ajusta sus procesos internos como externos para tener una buena impresión ante la sociedad en los aspectos sociales, económicos y medioambientales dirigiéndose hacia un ecosistema verde.