Dicen que tener una tarjeta de crédito puede ser un arma de doble filo, debido a que si no la sabes usar puedes terminar con muchas deudas, pero hay que dejar algo en claro, las tarjetas de crédito no son malas, siempre y cuando no abuses de ellas. Por eso hoy, te vamos a enseñar cómo puedes usarlas y convertirlas en tus aliadas.
Vamos a comenzar con las ventajas que tienes al tener una tarjeta:
Creas un registro de compras
Obtienes historial crediticio
No necesitas llevar efectivo
Algunas tarjetas ofrecen recompensas con grandes incentivos
Existen varias formas de llevar un control de gastos que realizas en el mes con la tarjeta de crédito, por eso te aconsejamos que sigas estos pasos:
1. Organiza tus gastos: Dentro del presupuesto mensual que realizas, incluye los costos de la tarjeta y el monto que usaras ese mes, siempre teniendo en mente que ese monto va a representar una ayuda y no un gasto innecesario.
2. Revisa los costos antes de elegir una tarjeta: Es importante que tengas esto en cuenta porque muchas veces la morosidad se presenta por los mismos costos que genera el producto, por ejemplo: cuota de manejo, tarifa por uso, costo por retiro de efectivo, etc. Al realizar tu planificación mensual ten presente estos gastos extras que se pueden convertir en gastos vampiros u opta por buscar entidades financieras que no cobren estos costos adicionales.
3. Pagos oportunos: Puede programar el pago automático y así evitar intereses mora por pagos atrasados, esto con el fin de mantener un buen control sobre sus finanzas mensuales y evitar dolores de cabeza.
4. Sepa cuando parar: Las tarjetas tienen un límite de crédito, como su nombre lo indica es un tope, no un objetivo a alcanzar; como se sugiere en el paso no.1°, establezca el saldo que va a usar. Si desea saber si esta usando demasiado su límite de crédito aplique esta fórmula:
Índice de Utilización = Saldos Totales ___
Límites de Crédito Totales
Si su proporción es superior al 30% es una señal de que esta usando demasiado el límite de crédito y debe comenzar a trabajar en ello.
Espero que estos consejos te sirvan para llevar una mejor relación con tus tarjetas de crédito y recuerda, son amigas no enemigas. Nos vemos en un siguiente artículo.
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